La marcha es uno de los gestos más importantes del ser humano. Es el movimiento más básico (junto con la respiración) de nuestro cuerpo y cerebro. Los seres humanos estamos hechos para movernos con una intención (cazar, coger comida, relacionarnos, etc).
Dependiendo del autor podremos diferenciar varias fases de la marcha. Para hacerlo más sencillo, en este caso vamos a dividirlas en tres: contacto inicial, apoyo completo, despegue. Estas tienen una gran importancia y será necesario ser capaz de acceder a todas ellas para una marcha completa.
Para realizar cada una de las fases, el correcto funcionamiento de nuestros pies es de vital importancia. Nuestros pies tienen que ser capaces de pronar y supinar. Cuando esto no es posible, los problemas aparecen (el cuerpo necesita expresar variabilidad de movimiento en todas las articulaciones).
· En la pronación, cuando el pie gira hacia dentro para distribuir el impacto al pisar, este absorbe carga, se ancha, acercándose al suelo y aplanándose (menor arco plantar).
· En la supinación, cuando el pie rota hacia fuera del tobillo, este se propulsa y produce fuerza, se estrecha, acortándose y volviéndose más rígido (mayor arco plantar).
Dicho esto, entender estas dos funciones es clave y van de la mano, no podemos tener una sin la otra. El cuerpo necesita cargar para luego disparar. Es como un tirachinas o un muelle. Necesitamos pronar (absorber y cargar energía) para después supinar (impulsarnos y producir fuerza).
Por ello, la cuestión no se trata en ser pronador, supinador o en poner unas plantillas. Se trata de enseñar a nuestro cerebro a recuperar esos rangos de movimiento y funciones que debería ser capaz de tener.
Hemos escuchado muchas veces que ser pronador es algo malo… Pero la pronación es un movimiento natural del cuerpo. El pie tiene que ser capaz de pronar y supinar. Ser especialista en pronación es igual de malo que ser especialista en supinación. El problema aparece cuando no se es capaz de salir de esa pronación. Por ello ante todo hay que valorar ¿Este pie es funcional? ¿Funciona correctamente? Si es así, perfecto, no hay problema. ¿Funciona de manera incorrecta? Antes de que la primera opción sea unas plantillas, lo más aconsejable es que un profesional valore la musculatura y la función neurológica del pie.
Realizar una transición a un calzado minimalista como las zapatillas Nummulit optimizará la función de nuestros pies, lo que traerá consigo una mejora de nuestra salud global. ¿Qué características tiene que tener este calzado? Que sea ancho, flexible, sin amortiguación, plano y sin drop.
Iñigo Díez @keepmoving_id Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.